Decimodan
December 3, 2019

La banca en el futuro: Por qué nuestras instituciones más odiadas se convertirán en nuestras instituciones más queridas

Actualmente hay dos sistemas bancarios alrededor del globo: uno para personas con dinero (o buen historial crediticio) y otro para personas sin dinero, desafortunadamente, ninguno de estos sistemas funciona realmente bien.

Las personas con dinero se han acostumbrado a las experiencias un poco torpes de los usuarios lo que ha provocado que bajes sus expectativas. Para los demás, los bancos no les sirven bien o en algunos casos, no les sirven en absoluto.

No solo eso, si no que el sistema actual extrae a las personas que más necesitan servicios financieros, es decir, cuanto más pobre sea, menos opciones tendrá y más pagará.

Desde esa perspectiva el sistema está claramente roto y nadie ha podido solucionarlo a pesar de los intentos de hacerlo. Las grandes instituciones financieras gastan millones de dólares al año manteniendo los sistemas existentes y cumpliendo con las regulaciones, dejando de lado la creación y desarrollo de nuevos productos.

Mientras tanto, los inmensos requisitos y la complejidad de la infraestructura hacen que sea un desafío para las nuevas empresas darse el lujo de ingresar al mercado. Pero…

¿Qué pasaría si el software pudiera abordar estos problemas estructurales permitiendo que incluso las compañías no fintech brinden servicios financieros a sus clientes?

¿Qué pasa si la gente realmente amara a sus bancos?

Me parece, que la próxima era de los servicios financieros vendrá de lugares muy inesperados. Así como Amazon Web Services redujo drásticamente el costo (y la complejidad) de lanzar un negocio de software, desatando la creación de múltiples empresas en un movimiento llamado “AWS for Fintech”. (o en otras palabras que las startups han llegado a la banca)

Antes de Amazon Web Services, podrías gastar fácilmente $100,000.00 USD al mes en una empresa para cómputo y almacenamiento; actualmente eso llega a costar cerca de $2,000.00 USD al mes.

De la misma manera, nos estamos acercando al punto en que cualquier compañía puede habilitar servicios financieros, lo que yo llamo: cada startup es un banco en estos días.

Las aplicaciones de consumo en estos días, se están convirtiendo en bancos y no suena tan loco como podría parecer.

¿Cómo paso todo esto?

Analizando todo, surgen dos preguntas fundamentales:

Para comprender todo esto, creo que vale la pena desentrañar un poco el camino hasta este punto.

La gente suele decir qué “Es caro ser pobre” y que los grandes bancos tienen la culpa de las altas tarifas y la falta de innovación en los productos, esto (hasta cierto punto) es cierto. Sin embargo, las instituciones de servicios financieros enfrentan problemas estructurales debido a la tecnología heredada.

Los bancos han estado bajo presión por ciertos periodos de tiempo, especialmente, a medida que los consumidores se mudaron a la banca en línea. La mayoría de estas instituciones has existido desde hace décadas (en algunos casos siglos), mediante la adquisición de clientes en sucursales físicas. Luego, el banco era dueño del ciclo de vida financiero completo de la persona: desde su primera cuenta corriente hasta su primer tarjeta de crédito, desde su primer tarjeta de crédito hasta su primer hipoteca, etc. Sin embargo, en la era actual, la era del comercio en línea, los bancos ya no tienen la misma relación con sus clientes.

En cambio, los consumidores pueden elegir sus productos financieros de varios proveedores diferentes en línea.

Este fue el punto donde la crisis financiera golpeó. Veamos un ejemplo.

Uno de los puntos de inflexión en la banca (en Estados Unidos) fue la aprobación de la enmienda Durbin donde se limitaron las tarifas de transacción en las tarjetas de débito. La teoría decía que sí los comerciantes pagaban menos en el intercambio pasarían los ahorros a los consumidores en forma de precios más bajos. Estas regulaciones estaban destinadas a ayudar a los comerciantes y a estimular la actividad económica, pero redujeron significativamente los ingresos de los bancos más grandes. Algunos bancos estimaron una caída de ingresos por más de $6,000 millones de dólares al año.

Para compensar esas pérdidas, muchos bancos prohibieron la cuenta corriente gratuita, aumentaron los saldos mínimos y aumentaron las tarifas por sobregiro. Esto provocó, irónicamente, que la enmienda Durbin tuviera un efecto adverso en los consumidores que estaba destinada a ayudar. La mayoría de los estadounidenses (y del mundo en general) viven de pago en pago, por tanto, estos cargos bancarios impactaron significativamente sus vidas.

Para los bancos, aumentar las tarifas fue mucho más fácil (y rápido) que reducir los costos fijos de las sucursales y el personal. Además, la infraestructura de software existente puede parecer un pozo de dinero sin fondo: los bancos siguen agregando (y parcheando) soluciones para nuevas reglas en la parte superior de los sistemas más antiguos y difíciles de cambiar, lo que crea un monstruo de software enredado.

En algunos bancos más grandes, el 75% del presupuesto de IT se destina al mantenimiento.

Más allá del software, hay una gran fuerza laboral, que trabaja de forma manual. Entre el 10 y 15% de la fuerza laboral en los bancos más grandes se dedica únicamente al compliance.

Citigroup tenía 30,000 de sus 204,000 empleados trabajando en compliance el año pasado, en gran parte dedicados a tareas como revisar manualmente las alertas de sistemas contra el lavado de dinero y presentar informes de actividades sospechosas.

Muchos de estos costos de mantenimiento y cumplimiento se transfieren a los clientes en forma de tarifas más altas y estos costos costos dejan poco espacio en el presupuesto para la innovación.

En otras industrias, las nuevas empresas pueden llegar con enfoques nuevos y una mejor tecnología. Pero en los servicios financieros, lograr que una empresa fintech funcione en las condiciones actuales es difícil, ya que requiere múltiples asociaciones, conocimiento interno de la industria financiera, conexiones establecidas y capital.

Lo anterior es lo que se necesitaría para lanzar un nuevo banco que ofrezca solo dos productos básicos de servicios financieros, una cuenta corriente y una tarjeta de débito.

Bajo este sistema, es difícil para los bancos existentes mejorar, es difícil para los bancos nuevos comenzar y es difícil para ellos asociarse entre sí, incluso cuando los incentivos están alineados.

Definitivamente, tiene que haber una mejor manera…

La tecnología actual permite la creación de empresas innovadoras y permite que los bancos existentes atiendan mejor las necesidades de los clientes. Específicamente, eso está sucediendo a través de:

La infraestructura, los canales y los datos

Estamos en el comienzo de un ecosistema creciente de compañías de infraestructura bancaria, la economía de las API’s, a las que pueden recurrir cualquier empresa, desde startups hasta empresas establecidas. Estas compañías se especializan en construir y proporcionar componentes específicos para la banca. Al proporcionar API’s a sus servicios, las empresas “democratizan” su experiencia. Esto significa que una sola empresa no tiene que saber todo sobre regulaciones complejas; otra compañía especializada en esto ha creado un API para que otros la usen. También significa que es más fácil crear nuevas empresas de servicios financieros de todo tipo. En lugar que tener que construir o mantener sistemas reguladores ellos mismos, simplemente pueden “conectarse” a esa experiencia.

Los nuevos operadores no solo están utilizando esta infraestructura de software para comenzar rápidamente, si no para hacerlo de forma más económica. Esto ha hecho que puedan llegar a reemplazar algunos sistemas heredados. En lugar de seguir el camino de otros minoristas tradicionales, muchos de los cuales cerraron o se convirtieron en salas de exposición glorificadas para el comercio electrónico, la belleza de la economía de las API’s es que permite que todos participen, jueguen con sus puntos fuertes y se concentren en su oferta. La demanda de servicios financieros mejores y más inclusivos es lo suficientemente grande como para que muchos jugadores en el mercado tengan éxito como grandes empresas independientes. Todo esto da como resultado mejores productos a menor costo, sirviendo a una gama más amplia de consumidores.

Esto igualmente significa que casi cualquier empresa puede ofrecer servicios bancarios. Mientras que los servicios al consumidor existentes solían tener solo dos opciones para monetizar, es decir, cobrar por el producto o vender publicidad, ahora, las empresas pueden usar productos financieros.

¿Qué pasaría si su aplicación favorita se convirtiera en su banco y pudiera pagar tan fácilmente como respirar?

Lo que más me entusiasma de este futuro es que puede desbloquear nuevos servicios para la banca de los no bancarizados, creados por empresarios que provienen de las mismas comunidades a las que intentan servir, ya sea geográficamente o por experiencia personal. Las personas que entienden los problemas en sus comunidades probablemente construirán productos que les sirvan mejor.

¿Quién mejor para construir servicios bancarios para aquellos que reciben cupones de alimentos que los empresarios que crecieron con cupones de alimentos?

La clave de todo esto, es que hoy en día, mejores productos pueden extenderse de manera más fácil y económica gracias a los nuevos canales de distribución como la mensajería o las redes sociales, así como a través de las marcas no fintech que ya usa, lo que resulta en menores Costos de adquisición de clientes (Customer Adquisition Cost). Un producto que es exponencialmente mejor que el status quo podría extenderse por referencia, creando una ventaja de crecimiento orgánico para la empresa. Si la empresa no tiene una estructura de alto costo fijo, entonces no tiene que recuperar sus costos a través de tarifas altas, ampliando así la gama de clientes a los que puede atender.

Afortunadamente, el error que limita un mejor servicio en el sistema heredado, en el que se incentiva a los bancos para recuperar sus inversión de **adquisición de clientes ** a través de tarifas más altas se convierte en una característica para las empresas más nuevas, que tienen estructuras de bajo costo y estrategias de distribución eficientes.

Sin embargo, los grandes cambios tecnológicos no se tratan (solamente) de solucionar los problemas existentes, sino también de abrir el acceso para ayudar a más personas. Aquí es donde los datos son última pieza del rompecabezas: a través de la ciencia de datos sofisticada y el aprendizaje automático, ahora podemos desbloquear más fuentes de datos para evaluar mejor el riesgo para las personas que carecen de datos suficientes o son “invisibles para el crédito” en el sistema actual. Hoy, millones de mexicanos tienen puntajes de crédito por debajo de 650 (el punto donde las tasas pueden aumentar dramáticamente), la mayoría de los bancos asumirán que esas personas son de alto riesgo y les cobrarán tasas de interés más altas por defecto. Sin embargo, actualmente hay mucho más datos a considerar que cuando se inventaron estos sistemas de evaluación de crédito.

La ciencia de datos y el aprendizaje automático también pueden ayudarnos a comprender las mejores señales para determinar la disposición y la capacidad de pago. Algunos experimentos para evaluar la solvencia crediticia han sido prometedores, como monitorear el alquiler y los pagos de teléfonos celulares, así como la suscripción de flujo de efectivo. A nivel mundial, las empresas están utilizando tipos de datos aún más creativos para predecir de manera efectiva el reembolso de los préstamos, como qué tan actualizado está el sistema operativo de su teléfono, la cantidad de amigos con los que envía mensajes regularmente e incluso si carga su teléfono completamente por la noche.

Las personas que antes eran difíciles de evaluar ahora se convierten en nuevos clientes. Cuando más personas tienen acceso a un crédito justo, la desigualdad de ingresos disminuye, estimulando las oportunidades y el crecimiento económico.

Tales cambios de datos afectan no solo la forma en que el dinero fluye alrededor de la deuda, sino también alrededor de los ingresos.

¿Qué pasaría si las personas pudieran recibir un pago antes, en lugar de tener que esperar dos semanas?

Los trabajadores confiables que se quedan cortos en efectivo antes del día de pago deberían poder acceder a sus ganancias por el trabajo que hayan completado. Con los datos, sabemos cuándo trabajó, lo que ya ganó y podemos ofrecer este servicio. El modelo actual castiga desproporcionadamente a los pobres. Un déficit antes del día de pago significa que tienen que comprometerse con los jugadores a veces más perniciosos. Pero, el software puede fluir alrededor de los límites estrictos de los modelos heredados, alineando mejor las intenciones y los resultados deseados.

La primera ola de empresas fintech hace unos 10 años, demostró que las ubicaciones físicas no son un requisito para la banca. Ahora, la próxima ola está desbloqueando el resto de la infraestructura requerida para construir mejores servicios financieros: licencias bancarias, procesadores de pagos, cumplimiento normativo, etc. Anteriormente, las empresas habrían tenido que adquirir o asociarse, construir desde cero, descubrir el mosaico de regulaciones y TI. etc.

Las nuevas compañías de servicios financieros pueden aprovechar la mejor infraestructura, crear productos diferenciados que ayuden a reducir los costos de adquisición de clientes y aprovechar mejores fuentes de datos para servir a muchas más personas.

Conclusiones

El software no solo nos permite evitar problemas estructurales difíciles, sino que nos permite construir tipos de empresas y servicios completamente nuevos. Todo esto es para decir: las fintech se están comiendo al mundo.

El sistema bancario de hoy favorece a los privilegiados, mientras que grandes sectores de la población no tienen ninguna opción. La tecnología permite a los jugadores de servicios financieros de todo tipo innovar más allá de las limitaciones de los sistemas existentes para reflejar mejor el mundo en el que vivimos. En lugar de reducir las ineficiencias profundamente arraigadas, podemos usar sus límites estructurales para construir nuevos tipos de empresas desde cero.

No debería ser costoso ser pobre. Y a medida que más personas ingresan a la economía al conectarse a mejores servicios financieros, todos ganan.

A todo esto… ¿Cuál es tu opinión?

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